lunes, 12 de mayo de 2014

Desempolvando pinturas.
POR:  JESUS DAVID DIAZ CHAVEZ
  En el mundo del arte las formas y las figuras son infinitas tan al igual que el  trabajo en el uso de los colores como por ejemplo, la pintura. Este fundamento es clave para poder entender que el arte debe ser valorado desde cualquier ángulo que uno lo mire ya sea por un especialista o en todo caso por la personas de a pie.

No queriendo ser ajenos a la poca valoración que a veces se les da a los trabajos terminados por alumnos – profesionales, hijos predilectos de nuestra pintoresca provincia que muy orgullosamente acoge una de las pocas instituciones formación artística así como de otros lugares del país. Esta casa de formación profesional se denomina “Escuela Superior de Formación Artística Pública” ESFAP – Bagua es la cuna que vio y verá nacer a grandes y futuros profesionales en el área del arte (artes plásticas, teatro y música.)

En ese sentido, es triste reconocer que nuestra institución no cuenta con un ambiente apropiado para almacenar  y mucho menos exhibir las obras pictóricas producidas por los ex alumnos y estudiantes por lo que hemos podido constatar el constante deterioro de las mismas. Un primer intento por revertir esa situación ha sido el inventariado de las obras y la limpieza y restauración de algunas de ellas, trabajo que se realizó con el apoyo de la institución. Muchos de estos trabajos son verdaderas joyas de la plástica local, entre las que podemos mencionar “El Brujo pata”, “Marañón misterioso”, “La cuda”, etc. que demuestran el colorido e incluso las creencias de nuestra región y por qué no decirlo del país.

De otro lado, como estudiante de Artes Plásticas del VI ciclo creo que es conveniente que las autoridades de cualquier índole, en especial la Municipalidad, el CETUR, etc.) apoyen o construyan un lugar apropiado (Pinacoteca o sala de exposición) para desempolvar aquellos trabajos que han sido y serán parte de la riqueza pictórica que puede servir de medio turístico para los aficionados a deleitar sus ojos e instruirse intelectual y artísticamente.  Con el mejor ánimo queremos reivindicar los trabajos indicando que son patrimonio de nuestra institución, que a duras penas lucha contra las adversidades e ingratitud de las autoridades, por citar las educativas.

Al margen de todo, es un punto de vista que si de verdad se olvida todo esto, daríamos pase a decir que “Un pueblo sin pintura es un pueblo sin cultura”.





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